Mi experiencia es quizás un poco atípica... Decidí venir a Australia con el visado Work and Holiday. Venía barajando la posibilidad de viajar hasta que decidí hacerlo antes de cumplir los 30. Eso sucedería en menos de un año, así que junte dinero para viajar y lo hice. 

Aterricé en Sydney, donde viven mis tíos y mis primos. He de decir que tuve muchas facilidades al principio, ya que ellos me hospedaron. Intente encontrar trabajo en mi medio, las Relaciones Públicas y el Marketing, para lograr adquirir experiencia, pero por tema de visado, no resulto tan fácil. Demás está decir que practicar inglés y mejorarlo era una de mis prioridades. La vida es muy cara aquí, así que mi plan B fue empezar a trabajar y viajar todo lo que podía. Estaba en Australia y no quería desperdiciar la oportunidad. Trabajar me permitió conocer gente, juntar dinero y evidentemente mejorar el inglés! En mi segundo trabajo como Bartender, conocí muchos australianos y me trataron como una más de la familia. Llegaron incluso a proponerme un sponsorship. Les gustaba como trabajaba y quizás el toque español/latino era un plus…. Decidí, a pesar de la gran oportunidad que se me brindaba, rechazarlo ya que eso implicaba trabajar en un medio que no quería y en algo que no era lo mío. Quería seguir luchando por mis sueños. 

Antes de volver a España, planifique un último viaje por Australia, sola. Era mi despedida entre el país y yo. Lo quería hacer sola y quería vivir la experiencia así que cogí un avión de Sydney hasta Ayres Rock, me quede tres días y luego volé hasta Cairns. Bucee unos días en la barrera de coral y luego me alquile una “van” y conduje  hasta volver a Sydney. 

Ese viaje cambio todos mis planes. Conocí a un australiano en Ayres Rock y me enamore. Él estaba allí por trabajo ¡y yo solo viajaba! No entrare en detalles sobre cómo fue todo, pero fue lo suficientemente intenso para plantearme todo de nuevo. Aun así volví a España, volví a ver a mi familia y amigos. Pero tenía que volver a Australia y esta vez a Melbourne.

Decidí venir con un visado de estudiante y plantearme otra manera de vivir que la primera vez que llegue. Si bien mi inglés no es malo, mis bases gramaticales no tienen el nivel que pretendo alcanzar. Me puse en contacto con LAE España, recomendada por una amiga que me había hablado muy bien. Y, efectivamente, me brindaron absolutamente toda la ayuda que necesitaba para entender el proceso del visado. Si bien ya había estado aquí, el proceso esta vez era completamente diferente. Elegir una escuela que se ajuste a tus expectativas y al bolsillo puede resultar un tanto abrumador, pero por suerte ahí estaba Ana, que me guió en todo el proceso.  Fue un apoyo y un alivio contar con su ayuda. Se encargó de todo lo que necesitaba y respondió a todas mis preguntas y dudas. El objetivo es conseguir un excelente nivel de inglés para eventualmente abrirme camino a nivel profesional. 

Ahora vivo en Melbourne después de casi dos meses. Estoy estudiando en Kaplan, las clases son productivas desde el punto de vista que estoy aprendiendo un montón de gramática. La otra realidad que me ayuda mucho es que hablo inglés constantemente, con mi pareja, en el trabajo, en casa... es permanente. Solo hablo español cuando me comunico con mi familia y amigos. Indudablemente ¡eso ayuda a mejorar el inglés! He tenido suerte en Australia desde la primera vez que llegue, y en este último viaje también. No he tenido que buscar alojamiento, y conseguí trabajo gracias a la madrastra de mi pareja que me brindó la oportunidad de trabajar en su empresa. 

Como empecé diciendo, mi experiencia es un tanto atípica. Pero, el proceso para venir con el visado de estudiante es el mismo para todos y recomiendo a LAE España para ello. No es fácil encontrar gente eficiente y que te ayuden en la toma de decisiones. De hecho, LAE España no fue mi primera opción, y cuando los encontré y pude comparar con otros lugares, no cabe la menor duda de su profesionalidad

En cuanto a Melbourne, aún estoy un poco perdida ya que no he tenido casi tiempo de salir, entre los estudios, el trabajo y la nueva vida de pareja, es difícil compaginar todo, además que seguimos en invierno y el clima no ayuda. Pero entre Sydney y Melbourne, ¡me quedo con Melbourne!

Espero que mi historia ayude a quien sea que la lea… lo que sí está claro, es que la vida está llena de sorpresas…. ¡solo hay que estar abierto a recibirlas!